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El sexto Sello fue abierto y el Septimo cuando se abrira?




Un gran terremoto, 21 de mayo

Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto. Apocalipsis 6:12. MSV76 147.1

No sólo predecían las profecías cómo ha de producirse la venida de Cristo y el objeto de ella, sino también las señales que iban a anunciar a los hombres cuándo se acercaría ese acontecimiento... El revelador describe así la primera de las señales que iban a preceder el segundo advenimiento: “Hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre”. Apocalipsis 6:12. MSV76 147.2

Estas señales se vieron antes de principios del siglo XIX. En cumplimiento de esta profecía, en 1755 se sintió el más espantoso terremoto que se haya registrado. Aunque generalmente se lo llama el terremoto de Lisboa, se extendió por la mayor parte de Europa, Africa y América. Se sintió en Groenlandia, en las Antillas, en la isla de Madeira, en Noruega, en Suecia, en Gran Bretaña e Irlanda. Abarcó por lo menos diez millones de kilómetros cuadrados. La conmoción fue casi tan violenta en Africa como en Europa. Gran parte de Argel fue destruida; y a corta distancia de Marruecos, un pueblo de ocho a diez mil habitantes desapareció en el abismo. Una ola formidable barrió las costas de España y Africa, sumergiendo ciudades y causando inmensa desolación. MSV76 147.3

Fue en España y Portugal donde la sacudida alcanzó su mayor violencia. Se dice que en Cádiz, la oleada llegó a sesenta pies de altura [veinte metros]... Se calcula que noventa mil personas perdieron la vida en aquel aciago día.34Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 349-351. MSV76 147.4

¡Con cuánta frecuencia oímos hablar de terremotos y ciclones, así como de la destrucción producida por incendios e inundaciones, con gran pérdida de vidas y propiedades! Aparentemente estas calamidades son estallidos caprichosos de las fuerzas desorganizadas y desordenadas de la naturaleza, completamente fuera del dominio humano; pero en todas ellas puede leerse el propósito de Dios. Se cuentan entre los instrumentos por medio de los cuales él procura despertar en hombres y mujeres un sentido del peligro que corren.35La Historia de Profetas y Reyes, 207. Señales en los cielos, 22 de mayo

El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová. Joel 2:31. MSV76 148.1

En su conversación con los discípulos en el Monte de los Olivos, después de describir el largo período de prueba por el que debía pasar la iglesia, es decir, los mil doscientos sesenta años de la persecución papal, acerca de los cuales había prometido que la tribulación sería acortada, el Salvador mencionó en las siguientes palabras ciertos acontecimientos que debían preceder su venida y fijó además el tiempo en que se realizaría el primero de éstos: “En aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor”. Marcos 13:24. Los 1260 días, o años, terminaron en 1798. La persecución había concluido casi por completo desde hacía casi un cuarto de siglo. Después de esta persecución, según las palabras de Cristo, el sol debía oscurecerse. Pues bien, el 19 de mayo de 1780 se cumplió esta profecía. MSV76 148.2

“Unico o casi único en su especie, por lo misterioso del hasta ahora inexplicado fenómeno que en él se verificó... fue el día oscuro del 19 de mayo de 1780, inexplicable oscurecimiento de todo el cielo visible y la atmósfera de Nueva Inglaterra”... MSV76 148.3

La profunda oscuridad del día fue seguida, una o dos horas antes de la caída de la tarde, por un aclaramiento parcial del cielo, pues apareció el sol, aunque oscurecido por una neblina negra y densa. “Después de la puesta del sol, las nubes volvieron a apiñarse y oscureció muy pronto”. “La oscuridad de la noche no fue menos extraordinaria y terrorífica que la del día, pues no obstante ser casi tiempo de luna llena, ningún objeto se distinguía sin la ayuda de luz artificial... La descripción de este acontecimiento que han hecho los historiadores no es más que un eco de las palabras del Señor, expresadas por el profeta Joel, dos mil quinientos años antes de su cumplimiento: “El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová”. MSV76 148.4

Cristo había mandado a sus discípulos que se fijaran en las señales de su advenimiento, y que se alegrasen cuando viesen las pruebas de que se acercaba.36 Caen las estrellas del cielo, 23 de mayo

Las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Mateo 24:29. MSV76 149.1

En 1833... apareció la última de las señales que habían sido anunciadas por el Salvador como precursoras de su segundo advenimiento. Jesús había dicho: “Las estrellas caerán del cielo”. Y Juan, al recibir la visión de las escenas que anunciarían el día de Dios, declara en el Apocalipsis: “Las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento”. Apocalipsis 6:13. Esta profecía se cumplió de modo sorprendente y pasmoso con la gran lluvia meteórica del 13 de noviembre de 1833. Fue éste el más dilatado y admirable espectáculo de estrellas fugaces que se haya registrado, pues “¡sobre todos los Estados Unidos el firmamento entero estuvo entonces, durante horas seguidas, en conmoción ígnea! No ha ocurrido jamás en este país, desde el tiempo de los primeros colonos, un fenómeno celestial que despertara tan grande admiración entre unos, ni tanto terror ni alarma entre otros”. “Su sublimidad y terrible belleza quedan aún grabadas en el recuerdo de muchos... Jamás cayó lluvia más tupida que ésa en que cayeron los meteoros hacia la tierra; al este, al oeste, al norte y al sur era lo mismo. En una palabra, todo el cielo parecía en conmoción... El espectáculo, tal como está descripto en el diario del profesor Silliman, fue visto por toda la América del Norte... Desde las dos de la madrugada hasta la plena claridad del día... todo el cielo estuvo constantemente surcado por una lluvia incesante de cuerpos que brillaban de modo deslumbrador”... MSV76 149.2

Así se realizó la última de las señales de su venida acerca de las cuales Jesús había dicho a sus discípulos: “Cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas”. Mateo 24:33. Después de estas señales, Juan vio que el gran acontecimiento que debía seguir consistía en que el cielo desaparecía como un libro cuando es arrollado, mientras que la tierra era sacudida, las montañas y las islas eran movidas de sus lugares y los impíos, aterrorizados, trataban de esconderse de la presencia del Hijo del hombre.37Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 380-382. MSV76 149.3

Pero el día y la hora de su venida, Cristo no los ha revelado... El tiempo exacto de la segunda venida del Hijo del hombre es un misterio de Dios.38El Deseado de Todas las Gentes, 586. MSV76 149.4


 
 
 

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